Marco Conceptual
Realizando por un lado trabajos a partir de fotografías de la ciudad, sus casas junto con sus capas de historia y por otro lado, trabajando a través del espacio en la construcción de obras de carácter instalatorio a partir de metal y tela, es que he investigado lo transitorio, inestable y frágil. La evocación de un viaje o migración de un lugar a otro posiblemente temporal o permanente que provoca la ausencia de un lugar definido. Es el ir y venir constante que voy relacionando a mi propia experiencia y con ello una pregunta que ha ido definiendo mi investigación artística en torno a ¿dónde está el hogar?
Enfocando la mirada hacia la fragilidad que se expresa en los materiales, sus procesos naturales y cómo estos cambian las cosas con el paso del tiempo, es que me he vuelto una artista que conserva lo deteriorado (o en proceso de estarlo), teniendo una gran atracción por mantener las cosas en el presente. Mi interés por el transcurso del tiempo lo he ligado en mis obras a partir del territorio y los recuerdos que en ellos se encuentran, las capas de historia tangibles e intangiblesque nos va acercando y alejando a ciertos lugares.
La oxidación
El relato que deja el objeto cotidiano cuando su dueño ya no está presente, un objeto en proceso de ser olvidado pero que dentro suyo contiene recuerdos. La oxidación forma parte de esta idea de la lejanía; el irse. ¿Por qué las cosas se oxidan? La respuesta puede ir unida hacia el descuido o la partida de quién cuidaba lo que no debía oxidarse, es decir, denota una ausencia y a su vez a un transcurso del tiempo.
La oxidación es un elemento de doble filo, podríamos decir que a través de la escritura, y escultura se pretende evitar el olvido, pero este estaba ya posiblemente de alguna forma olvidado o modificado en gran parte, por lo que el olvido ya estaba rozándolo para su muerte, aún luego de ser escrito, las cosas pueden olvidarse por mucho que se vuelvan a leer.
El viaje, las distancias
Y voy, voy, voy. A ese lado voy. ¿Me voy? ¿Volví? ¿O será que nunca me fui ni volví? Viajando de un lugar a otro me muevo. Tránsito entre dos puntos como una línea que se esboza al dibujar y nunca es la misma si la vuelvo a trazar. ¿La línea será círculo o será recta? ¿Y si era recta y la torcí? Como aquel metal que con forma de línea puedo dibujar en el espacio y cambiarle la dirección y construir. Puede en un lado ser recta y desde otra perspectiva ser curva. Me muevo, viajo y me ausento en un lugar. ¿Qué le pasará a ese lugar que ya no veo ni estoy, pero recuerdo? ¿Lo escribo para no olvidarlo? ¿Y si no lo recuerdo como realmente es? ¿Y si ya lo olvidé, será un lugar imaginario?
El sentimiento de inestabilidad o abandono causado por el viaje, el movimiento y las distancias es algo que, como elemento tanto visual como conceptual, ha ido tomando fuerza en mis trabajos.
El hogar, lo nómade
¿Cuántos lugares uno tiene en su vida? ¿Qué lugares han sido significativos? El ser humano tiene esta mágica habilidad de moverse, trasladarse, a veces detenerse para luego seguir. Hay lugares frecuentes y otros que nunca más se ven, y eso va definiendo nuestra vida, amigos, lo que nos gusta y no hacer. Esto tiene relación con el texto de Augé (1992) en relación a los no lugares como esos de carácter transitorio, volviéndonos seres en constante nomadismo. Ir, volver, no ver. Caminamos y recorremos muchas veces sin importarnos por dónde pasamos.
El movimiento es un factor fundamental de este gran fenómeno global de la masificación de no-lugares al ser cada vez más los lugares considerados como transitorios. Ahora todo se expande y el mundo parece ser cada vez más pequeño, aunque sin poder llegar a reducir lo grande que realmente es.
Las personas no se quedan en un lugar determinado por siempre, por lo que su hogar se modifica por distintas razones. Podríamos, por lo tanto, decir que toda casa primero fue de otra persona, o que luego lo será. Todo hogar se modifica y muta, pero ello no significa que los recuerdos y lazos creados con los lugares y sus alrededores se vayan.
Los clavos y la escritura
Escritura pesada, escritura que dura, escritura que se degrada para desaparecer y no ser.
La escritura en mi obra va un paso más allá en relación con los medios existentes para mantener los recuerdos. El proceso de escribir perforando una tela con clavos y que el conjunto componga una letra, involucra un peso tanto material como conceptual. Material, por la acumulación de estos, como si fuesen los pixeles de la letra, y conceptualmente pesado por lo que involucra el acto de este tipo de escritura que da una apariencia violenta y amenazante, con un proceso muy largo y cansador. Al darle ese peso a la letra, esta también empieza a cobrar más valor y sentido, una ‘A’ que, tanto en una máquina como a mano, puede tardar en hacerse unos microsegundos, y variando el tamaño va cambiando el tiempo, pero cuando se realiza una ‘A’ con esta técnica, los minutos van pasando y lo que hubiese tardado en escribir 1 minuto pasan a ser horas.
No se puede borrar. Una vez perforado queda una rotura que no se puede tapar, deshacer ni menos borrar. Es un tipo de escritura que queda impregnada, algo así como la escritura sobre piedra. Puedes quitar los clavos, pero ya se rompió algo quedando la huella. Esta escritura tiene relación con el punto, la unión de este con otro que resulta difícil pero no imposible de leer, o puede que, por ser un elemento punzante y oxidado, el lector sienta cierta amenaza, ‘¿qué dirá este texto? ¿deberé leerlo? ¿o mejor lo ignoro u olvido?’.
Archivos
Si deseas mayor profundización, se encuentran disponibles para descarga mi Memoria de Grado de Licenciatura en Arte.
Por favor, citar apropiadamente y avisar de querer realizarlo.